miércoles, 15 de junio de 2016

LA NOCHE LE ES PROPICIA

Todo fue muy sencillo: 
ocurrió que las manos 
que ella amaba, 
tomaron por sorpresa 
su piel y sus cabellos; 
que la lengua 
descubrió su deleite. 
¡Ah! detener el tiempo! 
Aunque la historia 
tan sólo ha comenzado 
y sepa que la noche 
le es propicia, 
teme que con el alba 
continúe su sed 
igual que siempre. 
Ahora el amor la invade 
una vez más. ¡Oh tú 
que estás bebiendo! 
Apiádate de ella, 
su garganta está seca, 
ni hablar puede. 
Pero escucha su herido, 
respira la agonía 
de un éxtasis y el ruego: 
¡no te vayas, no, no te vayas. 
¡Quiero beber yo! 

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